
Hernias discales - Síntomas, tratamiento y prevención
SÍNTOMAS DE LA HERNIA DISCAL CERVICAL
Puede causar dolor en el cuello, provocando la irradiación del dolor al brazo, al hombro y entumecimiento u hormigueo del brazo o la mano. El dolor puede ser sordo, constante y difícil de localizar (si ocurre en el lado izquierdo muchos pacientes lo confunden con un infarto) pero también puede ser agudo, ardiente y bien localizado. El dolor en los brazos así como en el cuello normalmente es la primera señal de la irritación las raíces nerviosas del cuello.
SÍNTOMAS DE LA HERNIA DISCAL LUMBAR
Normalmente el dolor es cortante y agudo. En algunos casos, puede haber un historial anterior de episodios de dolor localizado, que está presente en la espalda y continúa hacia abajo por la pierna con la que conecta el nervio afectado. El dolor normalmente se describe como profundo y agudo y a menudo empeora a medida que baja por la pierna afectada. El brote de dolor en una hernia discal puede ocurrir de repente o precedido de una sensación de desgarro o chasquido en la columna vertebral. Puede provocar alteraciones sensitivas tipo hormigueos (parestesias) y/o alteraciones motoras (falta de fuerza muscular).
TRATAMIENTO DE LA HERNIA DISCAL
El tratamiento conservador (sin cirugía) es suficiente para el tratamiento de la mayor parte de las hernias.
El tratamiento farmacológico que se prescribe incluye antiinflamatorios, analgésicos y relajantes musculares. El tratamiento fisioterapéutico (a pesar de lo que muchos creen) está indicado desde un inicio de los síntomas.
Este tratamiento incluye:
- Masaje, para disminuir las contracturas que se crean en la zona.
- Termoterapia: calor moderado, preferiblemente seco (infrarrojos, saco de arena caliente...) Debemos ser cautos con el calor, porque si penetra muy profundamente puede aumentar la inflamación que se genera en el disco.
- Electroterapia, empleando corrientes antiinflamatorias y analgésicas.
- Cinesiterapia, incluye estiramientos, movilizaciones... Estos ejercicios buscan descomprimir el disco (si el disco recibe menos presión dolerá y se inflamará menos), y eliminar la rigidez que se instaura.
- Vendaje neuromuscular (las famosas tiras). Es una técnica de vendaje desarrollada y utilizada en Japón y Corea que ha llegado poco a poco a Europa convirtiéndose en uno de los vendajes más utilizados en medicina deportiva. En el caso de la hernia discal este tipo de vendaje es de enorme eficacia, ya que facilita la circulación sanguínea y linfática (para disminuir la inflamación), y relaja la musculatura contracturada..
El tratamiento quirúrgico se considera cuando el tratamiento conservador no alivia los síntomas o cuando se sospecha que la hernia comprime la médula espinal. En estas intervenciones (hay diversas técnicas) lo que suelen hacer es extirpar el fragmento del disco que esta dando problemas. En caso de que la hernia sea muy grande y el disco esté muy degenerado se fija la articulación.
PREVENCIÓN DE LA HERNIA DISCAL
Para prevenir una hernia discal hemos de disminuir las presiones nocivas sobre el disco, para que éste se mantenga en buen estado y degenere lo menos posible. Para ello:
- Tener un buen estado físico general, evitando el sobrepeso.
- Evitar la rigidez del cuello y la espalda: realizar estiramientos y movimientos suaves de la columna, cuello y miembros.
- Mantener bien fortalecida la musculatura de la zona. En caso de la hernia discal lumbar es muy importante fortalecer la musculatura abdominal, porque esta musculatura es una faja natural que protege nuestra espalda.
- Higiene postural: evitar malas posturas o movimientos forzados, sobre todo en rotación de cuello o tronco.
- Aunque se ha hablado mucho acerca de la dureza del colchón, a día de hoy el único consenso es que éste no sea demasiado blando, para que la columna no se combe demasiado durante el descanso.