
Tendinitis
TENDINITIS, cuando tus tendones dicen ¡BASTA! Casi todos nos hemos cruzado con ella alguna vez...
ANTES DE NADA… UN POCO DE ANATOMÍA
El tendón es la parte del músculo que se une al hueso. La función de los músculos es mover los diferentes huesos del esqueleto, y para ello estos músculos deben estar firmemente sujetos a los huesos. Es por ello que los músculos en sus extremos se vuelven más densos, menos elásticos, más compactos, para anclarse al hueso. Y a esa parte densa le llamamos tendón.
Por tanto, el vientre muscular y el tendón no son estructuras independientes, sino una misma. Salvando las distancias, el conjunto vientre muscular-tendón sería como una goma elástica, en la que el centro sería muy "blandito" y elástico y los extremos fuesen más "rígidos".
Todos nuestros músculos tienen tendones para agarrarse al hueso, pero en algunos el tendón es muy cortito, mientras que en otros el tendón es un largo cordón. Y está comprobado que los tendones más largos tienen más probabilidades de lesionarse que los cortos.
¿POR QUÉ SE QUEJAN LOS TENDONES?
Como hemos visto, el tendón es la parte pasiva del músculo. No se contrae, simplemente sirve como anclaje al hueso y transmite la fuerza que produce el vientre muscular hacia el hueso para moverlo. Sería como un gancho de remolque: el coche produce la fuerza (vientre muscular), el remolque sería el hueso que queremos mover, y el tendón es el gancho que los une. Por tanto, el tendón está sometido a tensiones y tracciones. Cuando estas tensiones son muy intensas (p.ej., un esfuerzo intenso) o recurrentes (por sobreuso), el tendón sobrepasa su capacidad de aguante y "se queja": aparece la tendinitis.
¿QUÉ ES LA TENDINITIS?
La tendinitis es una inflamación del tendón. Cuando el tendón sufre por las razones que vimos anteriormente, se produce una reacción inflamatoria que causa calor (se aprecia si el tendón es superficial), engrosamiento del tendón por edema y sobre todo, dolor al hacer movimientos que soliciten este tendón. Además es habitual que aparezca dolor nocturno o en reposos prolongados.
Debido al pobre aporte sanguíneo que recibe el tendón, la inflamación de un tendón suele comportar mayor tiempo de recuperación que una lesión muscular.
No se debe confundir una tendinitis con una rotura tendinosa. Una tendinitis no afecta a la integridad del tendón, aunque es cierto que una tendinitis prolongada o muy intensa debilita el tendón y puede provocar una rotura del mismo en un movimiento un poco brusco. Es por esto que es tan importante tratar precozmente la tendinitis.
CLASIFICACIÓN
Según la intensidad de la lesión, la tendinitis se puede clasificar en 4 grados:
- Grado 1: Se produce una leve irritación del tendón, lo que produce dolor después de una actividad intensa, que dura poco tiempo (1/2h aprox).
- Grado 2: El tendón está moderadamente inflamado, por lo que los síntomas aumentan: aparece dolor al inicio de una actividad (mientras el tendón está "frío"), luego cede un poco para reaparecer al final de la actividad por agotamiento . El dolor persiste durante varias horas después de la actividad. No hay dolor nocturno.
- Grado 3: Se produce inflamación severa del tendón, por lo que este se queja durante toda la actividad, y no cede en reposo. Se produce dolor nocturno.
- Grado 4: Esto ya es cosa seria. El tendón sufre no sólo inflamación, sino rotura parcial de sus fibras. Este grado se produce por un traumatismo que rompe directamente el tendón, o bien por una tendinitis duradera que debilita el tendón hasta que rompe en un gesto de la vida cotidiana.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de una alteración del tendón es inicialmente sintomático: el paciente refiere dolor y dificultad para realizar determinados movimientos o esfuerzos. Al valorarlo se aprecia calor o enrojecimiento de la zona (si la tendinitis es superficial), engrosamiento del tendón a la palpación, y dolor cuando se somente a tensión el tendón. Para hacer esto último se realizan determinadas maniobras que son específicas para cada tendón. En caso de duda, el médico podría realizar una ecografía, o incluso una resonancia magnética (RM).
TRATAMIENTO
El tratamiento clásico de una tendinitis incluye técnicas conducentes a disminuir la inflamación:
- Aplicación de frío local
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Electroterapia: las famosas "corrientes". Se usarían corrientes antiinflamatorias (las hay de muchos tipos, cada una con una indicación distinta).
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Ultrasonidos: este aparato, que se aplica con un gel, provoca una vibración microscópica en el tendón para mejorar su nutrición: un tendón correctamente nutrido se recuperará antes de su patología.
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Láser, aunque no se puede aplicar en una tendinitis aguda.
- Vendaje neuromuscular (las tiras de colores que tanto gustan a los deportistas) para disminuir la carga sobre el tendón.
Estas son las medidas clásicas, que aparecen en cualquier manual.
Sin embargo la experiencia práctica nos dice que, más allá de estas técnicas, es primordial encontrar la causa de la tendinitis, y actuar sobre ella:
- ¿Que es por alteración de nuestra postura? Pues se realizan ejercicios para mejorar nuestra postura y así reducir la irritación sobre el tendón.
- ¿Que es por una contractura muscular que está sometiendo al tendón a demasiada tensión? Pues se trata esa contractura muscular y el tendón se recuperará casi sin ayuda.
- ¿Que es porque el binomio músculo-tendón está siendo sobrecargado por compensar una lesión en otra parte? Pues se trata esa lesión, para que el músculo-tendón no tenga que trabajar "horas extra".
- ¿Que es por falta de fuerza en la zona? Pues se reduce la inflamación y a continuación se realizan ejercicios de fortalecimiento para evitar que reaparezca la lesión.
En el tratamiento es muy, muy importante tratar la causa que ha provocado esa tendinitis. De hecho, gran parte de las tendinitis recurrentes (aquellas que aparecen repetidamente en una misma zona) aparecen por no haber tratado la causa que las provoca.